Resulta extraña esa paradoja de sentir devoción por un personaje, cuando en el fondo ese sentimiento hacia él te empuja a desear su puesto. Es una contradicción admirar a alguien que, si por uno fuera, dejaría de desempeñar su trabajo para gozar uno mismo de ese privilegio. Es un amor insano, un ingrato privilegio, como el magnate que compra un cuadro por su belleza y lo guarda con recelo en el salón de su casa, al margen del mundo, que se queda sin el gozo de contemplar la obra. Esa sensación la tuvimos muchos esta semana al recibir, y ser recibidos, por algunos ”gurús” del periodismo deportivo que invaden nuestros hogares cada día y se cuelan en nuestras cabezas ávidas de información.
El derecho al honor, la intimidad y la propia imagen, de la mano de los hombres de Garrigues, ocuparon la primera hora de estos intensos cuatro días. Más avanzada la tarde de ese lunes, Juanma Trueba, cronista habitual del diario AS, nos concedía el privilegio de su compañía y de compartir su experiencia profesional con todos nosotros. Trueba demostraba esa tarde que no se diferencia mucho de cada uno de nosotros: él también tiene sus ídolos, también esboza media sonrisa leyendo crónicas, desde José Luís Garci hasta Mailner, tal y como lo hacemos nosotros con él. Supo hacernos apreciar el valor de un dardo bien lanzado, de una frase bien traída, de hacer de una pluma una espada.
"El maestro enseña más con lo que es que con lo que dice"
El zumbido de los motores comenzaba siendo el protagonista de la tarde del martes de la mano de Máximo Sant, uno de los máximos responsables de Motorpress Ibérica, grupo editorial que adorna las estanterías de los quioscos cada mes con revistas como: Automóvil, Autopista, Coche actual, Maxi Tuning… Entre tanto, Tomás Roncero calentaba motores para lo que iba a ser una tarde distendida, a partir de las 6, explicando el tratamiento de la información en relación al Real Madrid. La pasión de Roncero por el deporte y por este club se hace patente desde el primer momento de la clase. Es la prueba inequívoca de que el fútbol, y el deporte en general, es algo meramente visceral, irracional, un sin sentido. Ver a Maradona recorrer sesenta metros, y sentar a seis defensas, es un desafío a las leyes de la física; Armstrong ganando seis Tours de Francia, tras superar una operación a vida o muerte, es una oda a la sinrazón pura. Roncero pone la nota de pasión, es un bis a bis con el lector, siente, disfruta, sufre y padece como cada uno de nosotros.
"La pasión es el mejor de los deleites del ser humano".El miércoles se vestía de día grande. La visita al diario AS era obligada para estudiantes como nosotros, y la cita no dejó indiferente a nadie. El acceso a la sala VIP del periódico descubrió en nosotros nuestro mayor rostro de admiración. Despertaba una sensación, casi mística, de estar en un lugar con mil historias. Si las paredes hablaran… Una imponente mesa nos esperaba para recibir, de la mano de Pedro Pablo San Martín y Juan Carlos Tirado, una clase teórica sobre la elaboración del periódico y el tratamiento de la imagen. La camiseta de Marcelino, que llevaba puesta el día que pasó a la historia haciéndole un gol a la U.R.S.S, presidía nuestro encuentro, envolviéndonos en un halo mágico que casi nos permitía escuchar a las decenas de miles de almas que cantaron el gol aquella noche histórica en el Bernabéu. A su lado Ali, brazo en alto, clavaba los ojos en su adversario, que estrenaba un traje de lona blanca, un dolor de cabeza para un par de días y una pesadilla el resto de su vida.
Era un jueves de resaca de emociones y ya suenan planes de fin de semana. Al fondo, esperándonos, Enrique Ortego, redactor jefe de deportes de ABC. Es otra figura, otro estilo. Su estampa evoca al clásico periodista de antaño, de máquina de escribir y puro en la boca. Su papel en un periódico generalista no nos aleja mucho de ese personaje. Sin estar sometido a la dictadura de las tiradas, nos cuenta que puede permitirse el lujo de “plantarle” una portada a Nadal o a Sergio García. Es un periodismo más libre, más ético, si se me permite la osadía. Más tarde, Pedro Pablo San Martín de nuevo, tiene el cometido de cerrar la semana (y de que su clase permanezca más tiempo instalada en nuestras cabezas). Es una clase mucho más técnica, de mapas y planillos. Más de oficina, alejado de la calle.
Y así termina la semana, eso sí, con un punto de inflexión, que es el de nuestro primer encuentro “no lectivo”. La premisa para el buen funcionamiento de un grupo es el bienestar de sus miembros y una buena relación entre ellos. La experiencia no pudo ser más positiva. Lejos quedaron ya las primeras clases, las del temblor al hablar en público y de las risas fáciles que descubrían los nervios del primer día. El grupo, poco a poco, comienza a despegar con la ilusión de que esta experiencia sea positiva para todos, y no solo guarde un recuerdo en nuestras cabezas, sino también en nuestros corazones. Con esa ilusión trabajaremos día a día, para que este barco, que entre todos manejamos, llegue a buen puerto allá por los meses de verano.
2 comentarios:
Muy buenas a todos.
En primer lugar, dar la enhorabuena a Sonsoles y a Javi por las primeras aportaciones al blog. Creo que habéis transmitido muy bien lo que han sido estas dos intensas semanas.
En el caso de Javi, creo que hay gente que podrá ayudarle, aportando documentos fotográficos de la primera actividad extraescolar, que estuvo francamente bien. Por cierto Javi, yo, al igual que Víctor Hugo, también lloró viendo esa obra de arte de Diego Armando Maradona, ¡qué genio!
Un saludo a todos. CIAO
Enhorabuena a Sonsoles y Javi. Ambos habéis sabido retratar lo que han sido estos primeros pasos del apasionante camino en que nos hemos embarcado todos.
Totalmente de acuerdo, Javi, es una auténtica delicia poder contar con el consejo y pericia de los mejores, aquellos a los que admiramos.
Un abrazo para todos.Manu
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